El 8 de enero de 2021 en Madrid y en media España llegó la gran nevada, tuvo hasta nombre propio, el temporal Filomena.

Durante una semana todo se paralizó o casi todo. Los coches aparcaban en medio de las rotondas, los peatones andaban por medio de la carretera ya que las aceras estaban intransitables, las personas que tenían palas eran las más afortunadas y compartían su fortuna con los demás. Algunos tenían esquís en su casa sin duda eran los más envidiados, la ropa de invierno era la mejor inversión.

 

Las maquinas quitanieves trabajaron sin descanso, por supuesto los trabajadores de limpieza y mantenimiento fueron los más solicitados y trabajaron mucho, para devolver a la ciudad su actividad de siempre. Nosotras apenas pudimos dormir por el ruido de las máquinas y desde nuestro sitio animábamos a los trabajadores en la madrugada.

 

¿Te imaginas a las personas esquiando por el paseo de la Castellana en Madrid? La Cibeles y Neptuno se volvieron blancos…bueno La Cibeles ya lo era. Nuestra amiga al igual que nosotras estaba cubierta de nieve, al principio fue divertido hacía mucho que no sentíamos la caricia de los copos al caer, pero a medida que pasaban las horas empezó a pesar la nieve.

Puedes pensar que estoy exagerando, pero realmente creo que me quedo corta. Es cierto que en Madrid no suele nevar y cuando nieva no suele cuajar, pero esta vez tuvimos nieve durante mas de una semana.

 

Sin embargo, tuvo su parte divertida, por primera vez en muchos meses la gente volvía a sonreír y los niños a jugar en la calle, los perros terminaron agotados de tanto perseguir las bolas de nieve. Nosotras nos lo pasamos en grande, la ciudad y el país había cambiado mucho en unos meses y por fin notábamos alegría en el ambiente.

 

Lo que nos dejó claro Filomena es que la naturaleza manda y que podemos olvidar nuestros problemas por unas horas y disfrutar del momento. Si nos hubieran dicho el día 3 de enero de 2021 que Madrid y media España se quedaría incomunicada y blanca, no nos lo habríamos creído, no recordábamos cuando fue la última vez que pasó algo así. Mis hermanas decían que otra gran nevada fue en el 1971 y yo que otra fue en 1952, no llegamos al acuerdo de en cuál nevó más. Al final la naturaleza hace de las suyas y no nos queda otra que rendirnos a ella, nosotras lo sabemos bien.

Yo pude ver a toda la ciudad salir de paseo y me quedé con ganas de jugar, pero desde mi posición no podía. Sin duda mi posición es un privilegio, siempre me lo han dicho, yo veo todo lo que pasa en la ciudad, o al menos la zona que está cerca de mí. Muchas personas pasan cerca de nosotras cada día, algunas en coche, otras en autobús, otras en bici y algunas en patinetes, muchas incluso se paran y nos hacen fotos. Yo veo a todas las personas, pero pocas miran hacía arriba, nadie me ve a mí. Diría que me siento sola a veces, menos mal que tengo a mis hermanas cerca para charlar y recordar otros tiempos, en los que no había tantos coches, el aire era más limpio y en primavera nos llegaba el olor de las flores del parque del Retiro. Nuestros nombres los decidió nuestro padre el Rey Carlos III, para que recordásemos a los madrileños como debían actuar cuando llegarán tiempos difíciles y vaya si han pasado los madrileños tiempos difíciles, los ciudadanos del mundo en general. Por lo que podemos oír, no son nombres muy comunes a día de hoy. Mi nombre es Templanza, y mis hermanas se llaman Fortaleza, Justicia y Prudencia.